Para los romanos los idus (15) eran días de buenos augurios, pero para Julio César los de marzo del año 44 a.c. no lo fueron tanto porque ese día fue asesinado . Cuenta la leyenda que al ingresar al edificio senatorial se mofó amablemente de un ciego – el que le había advertido que se cuide – diciéndole «Ya llegaron los idus», a lo que el invidente respondió: «Si, pero no se han ido». Rato después el César partía hacia la eternidad.
Salvando la distancia sideral entre los personajes, tampoco parael matrimonio gobernante fueron favorables los idus de marzo de 2008 – cuando empezó a gestarse la resonante derrota política de Néstor Kirchner – ni prometen serlo los de 2009 cuando la suma de errores, torpezas y actitudes vengativas de la pareja acumulados durante los últimos seis años pasen la abultada factura cuya llegada a sus puertas se sabía inexorable.
Como una patética dupla de mediocres actores los cónyuges siguen en el escenario repitiendo su pobre libreto cuando ya el público irritado está abandonando la sala. Mientras la secretaria ejecutiva a cargo del gobierno de la Republiqueta Argentineta representa por televisión a Lita de Lázzari detallando con gran minuciosidad las ventajas que ofrece el fabuloso programa de canje de electrodomésticos que su privilegiado cerebro imaginó para contrarrestar los efectos de la crisis financiera que tiene a mal traer al mundo, su consorte reparte a manos llenas fondos públicos entre expertos filibusteros de la política en el intento de esquivar el seguro castigo electoral de octubre que espera a la pareja si llega con vida política a esa altura del almanaque.
Pero el tiempo y los acontecimientos siguen su inexorable marcha hacia las turbulentas aguas de 2009 y aunque los conductores del gobierno prefieran vivir en el planeta blindado que su imaginación creó para poder soportar el costo de sus desvaríos de todo tipo, la anarquía y la rebelión civil comienzan a golpear las puertas de Olivos donde se ha exiliado el matrimonio para elucubrar sus estrategias de permanencia en el poder, tópico que habita en sus mentes de tiro corto con grado de preferencia..
Cuando los Kirchner sean sólo uno más de los tantos malos recuerdos que guarda la memoria politica del país quizás la sociedad argentina se desprenda defintivamente de esa admiración casi genética por el autoritarismo, la prepotencia y la astucia que la llevó a tolerar los atropellos de la pareja durante los últimos años y comience a entender que se es ciudadano todos los días y no sólo el de los comicios.
Tambien las plumas estrella de los grandes medios deberán revisar sus parámetros porque el reiterativo festejo de la habilidad de Néstor Kirchner para «construir poder» o de la «brillante inteligencia» de Cristina Fernández sin duda contribuyeron generosamente a disimular ante la opinión públicar la matriz de mediocridad, doblez y corrupción incrustada en la génesis de esta gestión.
Sobre todo es necesario sacar a muchos bien intencionados del error de creer que la gobernabilidad y la democracia se sostienen tolerando tiranuelos de aldea que pisotean no sólo las instituciones, no sólo las reglas básicas de la convivencia civilizada, sino hasta el buen sentido, todo por respetar un mandato que sus mismos protagonistas se han encargado de bastardear hasta el hartazgo.
Es imprescindible enseñar ya que el juicio político no es un simple adorno constitucional, sino el remedio que el máximo estatuto prevé para estos casos en los que la incompetencia y la avaricia de los mandatarios resultan en gravísimos perjuicios para la Nación. Porque los idus de marzo no sólo «no se han ido» sino que ya están a la vuelta de la esquina.