Asifixiados por las circunstancias los Kirchner intentaron recurrir al viejo truco del «diálogo» para ganar algo de tiempo mientras buscaban en vano una salida al laberinto que su notable impericia creó, salida que todos los datos de una acuciante realidad están indicando que no existe para ellos.
A pesar de que ésto es evidente para cualquier persona medianamente informada la mayor parte de los actores sociales y políticos actúan como si fuera posible esperar del matrimonio algo más que nuevas artimañas destinadas a conservar el poder… y por añadidura la libertad. Esta actitud claudicante y generalizada de la clase dirigente, que algún desprevenido podría calificar de ingenua, en realidad esconde el malicioso objetivo de que la bomba social que todos saben que va a estallar lo haga en las manos de la pareja.
Todos saben también que con los Kirchner en el poder nada ha cambiado después del 28J ni nada cambiará en adelante – ni siquiera el semblante sobrador que exhibe la primera magistrada a control remoto en sus apariciones televisivas – pero fingen acompañar un proceso de supuesta apertura oficialista para evitar la mancha venenosa de ser acusados de golpistas.
En una suerte de suicidio colectivo pasan por alto las claras señales que envía Kirchner S.A. de que no está dispuesta a cambio sustancial alguno y simulan allanarse a la añeja treta – publicitada jocosamente por el fundador del peronismo – de formar comisiones para que los asuntos delicados no se resuelvan en esos ámbitos. En lugar de preparar con varonil actitud una transición ordenada al desbarajuste que se viene los líderes de la oposición se dedican a sostener los pedazos que se caen del tinglado kirchnerista en franco proceso de desplome con la vana ilusión de llegar al 2011 «aunque sea con muletas» según la recordada frase del olvidado Ricardo Balbín ante la inminente caida de Isabel Perón que algunos repiten con aire doctoral (¡Vamos Chiche todavía!) sin darse cuenta de que suena a negra premonición del desastre que se viene mal que les pese a los soñadores.
Mientras tanto los esposos, tan improvisados en lo público pero previsores en lo privado, siguen inventando caminos para apoderarse a futuro de recursos públicos suficientes para financiar unas cinco generaciones sin sobresaltos. Desde la unificación de las concesiones del juego on line en manos de su archiamigo Cristóbal López, a quien le hicieron un traje a medida en la licitación convocada para apoderarse del multimillonario negocio, hasta la brillante idea de recomprar deuda pública «porque está barata» surgida de la mente de Néstor pero vendida como una genialidad del pobre Bodou apuntan a procurarse millonarios «spreads» para el poder y sus amigos mediante el manejo de información privilegiada. Más de un financista debe estar presto a disfrutar de «la ventaja de pertenecer» a la clientela de la consultora del matrimonio.
Pusilánimes aspirantes a quedarse con la corona en el 2011 a quienes les importa el país tanto como a los Kirchner miran indiferentes estos movimientos y siguen simulando creer que el cóctel explosivo que tienen en sus manos dos aprendices de brujo puede diferir su estallido ¡Por dos años! mientras esperan que los ciudadanos no se den cuenta de lo obvio: los autodenominados opositores tienen miedo a hacerse cargo de la brasa ardiente que es hoy el poder en la Argentina.
Quizás sin la bomba neutrónica de la peste porcina que arrasó la economía gracias a los buenos oficios de la inepta ministra de salud renunciante y sin el jodido juego de sindicalista bueno/sindicalista malo que le están haciendo los muchachos de la CGT para cocinarlos al spiedo los Kirchner hubieran podido resistir un poco más, pero a nadie puede escapársele que la mentalidad de almacenero con la que Néstor pretende enfrentar la mishiadura no tiene otro destino que el fracaso y la ruina generalizada a la vuelta de la esquina.
Cerrar todas las compuertas de comunicación con el kirchnerismo después del 28J, ponerle democrática y gallardamente fin a esta agonía que se viene y ordenar la transición convocando a elecciones presidenciales era la receta apropiada y hubiera empujado una bocanada de confianza en la opinión púbnlica, pero otra vez una envejecida clase dirigente prefirió caer en el infantilismo político que como dijo el dos veces intendente de Mar del Plata, diputado y senador socialista Teodoro Bronzini en 1974 «es nuestro más grande problema y se ha enseñoreado en toda la República»
Porque no es otra cosa que infantilismo ignorar estúpidamente aquella sabia máxima del genial poítico y filósofo ingles Francis Bacon: «»Quien no quiera aplicar remedios nuevos debe esperar males nuevos ya que el mayor innovador es el tiempo»