¿Ciudadanos o habitantes?

A esta altura del partido a nadie sorprende las bobadas que hace y dice la señora de Kirchner porque una gran mayoría de la sociedad ya ha caido en la cuenta de que sus supuestamente grandes dotes intelectuales fueron sólo una gran fantasía de periodistas necesitados de fabricar un personaje que superara las reducidas 300 ó 400 palabras que a duras penas componen en total el vocabulario que posee Néstor Kirchner para comunicarse con el resto del mundo.

En verdad muchos de estas plumas en un principio compraron su propio cuento, entre ellos Joaquín Morales Solá que a estas horas seguramente debe estar congratulándose de que haya sido rechazada su prematura oferta de convertirse en el consejero estratégico personal de la presunta diva política.

Por consiguiente, que la presidente de esta república bananera se haya ido a pasear por los arrabales centroamericanos invitada por nadie para reproducir el papelón de «Néstor Rambo» en la selvas de Colombia con el pretexto de «defender la democracia» mientras aquí se acumulan los problemas y siguen las muertes producto del desorden que reina en el sistema de salud no constituye fenómeno inesperado alguno sino que por el contrario concuerda de maravillas con el cholulismo de que hace gala cada vez que se presenta la oportunidad.

El verdadero e inexplicable fenómeno es la pasividad que muestra la sociedad frente a las repetidas muestras de incompetencia, abuso de poder e irresponsabilidad de los moradores de Olivos y sobre todo, a su evidente imposibilidad de cambiar su conducta codiciosa, despectiva, banal y errática.

¿Que mas hace falta para que la opinión pública pida la renuncia o el juicio político de la señora de Kirchner? ¿Es que realmente el pueblo argentino está dispuesto a soportar dos años más que este mamarracho de gobierno termine de llevar al país al descalabro económico y social que acecha en los pliegues ocultos de la protesta social?

¿Cuantos Jaime, De Vido, Moreno, Igor Ulloa, Lázaro Báez, Cristóbal López, D’ Elía hacen falta para que la gente reaccione? ¿El ocultamiento malicioso de información sobre la gravedad de la pandemia de gripe no es suficiente para colmar la copa de barbaridades kirchneristas y fundar un pedido de juicio plítico?

Por cierto la responsabilidad de la abulia social descansa en gran parte sobre comunicadores y analistas que siguen insistiendo interesadamente en que es prioritario «preservar la gobernabilidad», que es lo mismo que decir que hay que preservar el enriquecimiento ilícito de funcionarios, las presiones a los jueces, los arranques vengativos de la pareja, los manotazos a la propiedad, el uso abusivo de los bienes públicos, la impericia, la improvidsación, los papelones diplomáticos y sobre todo la deriva errática de esta nave que transporta a todos los argentinos conducidas por dos rústicos timoneles en medio de peligrosos icebergs.

En el caso de los peronistas se entiende que a pesar de los dislates presidenciales se nieguen a pensar en despedir a Cristina porque ello implicaría darle a Cobos un protagonismo contradictorio con el poder que pretenden conservar para su corporación a despecho de la evidente minusvalía política de su pupila.

Pero el resto del país aún no ha comprendido que Cristina y Néstor son una y misma cosa, como tampoco comprende muy bien la diferencia que hay entre ciudadanos – es decir personas plenamente conscientes de su derecho a que su gobierno desempeñe su gestión entre los andariveles del estado de derecho – y simples habitantes impotentes para impedir que audaces aventureros saqueen a mansalva los recursos públicos y manoseen impunemente las instituciones de la Repúbica.

Que haya personas preparadas que todavía deliren con que Cristina se libere de la tutela de Néstor y gobierne medianamente el país. Ese, es el verdadero drama argentino.

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