Bancarse la inseguridad

La banda de KirchnerAhora que los complacientes senadores han bajado la bandera de largada para la carrera electoral es conveniente recordar que con los Kirchner no se dialoga. En junio se les gana y se van … o ganan y se los soporta hasta el estallido final. No hay términos medios.

Las enternecedoras ilusiones de los muchos ingenuos que esperanzados ruegan que le crezca el cerebro a Cristina y empiece a gobernar en realidad esconden actitudes temerosas, cómodas, e hipócritas, propias de gente que como Nelson Castro declama su preocupación por el futuro de las generaciones venideras y se rasga a diario las vestiduras pero está dispuesta a dejar que dos trogloditas destruyan el país y por ende el porvenir de sus hijos en los próximos dos años y medio con la insostenible excusa de que «hay que preservar el sistema democrático».

Olvidan estos «demócratas» que la Constitución establece además el sistema representativo, republicano y federal. ¿Ese no hay que preservar? ¿Alguien puede sostener racionalmente que la pareja gobernante no ha destruido el sistema federal obligando a los gobernadores de provincias a ignominiosas peregrinaciones para mendigar migajas de la torta nacional? ¿Alguien puede sostener racionalmente que los Kirchner no han destruido el sistema republicano manipulando al Congreso y condicionando al poder judicial con el Consejo de la Magistratura?

La seguridad. Amplios sectores de la sociedad argentina que hace unos años viajaban a Miami por dos pesos y traían valijas cargadas de artículos importados gastando lujuriosamente al ritmo del 1 x1 sin preocupación alguna por los estragos que estaba causando en las pymes el plan Cavallo ahora se rasgan las vestiduras por la falta de seguridad, cuya raíz principal debe buscarse en la degradación moral que se deriva de las condiciones infrahumanas en que viven los habitantes de villas que fueron creciendo al mismo ritmo que la pobreza generada durante el menemismo y acrecentada por los Kirchner.

Pero esto inquietaba muy poco a los Blumbergs que aplaudían al gobierno de Menem y siguientes hasta que la realidad golpeó sus puertas y sus corazones. Los que escandalizados por la inseguridad escriben indignados en los foros de grandes medios ¿Qué esperan que hagan chicos sin futuro, en el mejor de los casos maleducados en escuelas misérrimas con maestros de cuarta mal pagados, con padres narcotizados por la desesperación, chicos que son presa fácil de todo tipo de influencias malignas, resentidos hasta los tuétanos con un sistema que los excluye y los rechaza? ¿Que sean monaguillos?

Inseguridad¿Que esperan de un sistema judicial desbordado cuyos insuficientes centros de rehabilitación de menores son cuevas de corrupción y degradación humana? Cuando un chico pobre ve que funcionarios roban a manos llenas a la luz del día, ostentan el producto de sus robos y ningún juez los condena, ¿Que otro sentimiento que la impotencia y el odio al sistema puede generar? ¿Qué ejemplo reciben de los mas altos niveles del poder sino la prepotencia, la confrontación y el atropello? ¿Esto se va a corregir bajando la edad de la imputabilidad? ¿En que planeta viven los quejosos?

Estas son las consecuencias inevitables de gobiernos como el de los Kirchner Sociedad en Comandita que gastó en iniciativas inconducentes cientos de millones de pesos que debería haber gastado en brindar los servcios elementales de un Estado, pero cuyos estropicios y desvaríos mucha gente parece estar dispuesta a soportar hasta el 2011 «en nombre de la democracia» en lugar de marchar a la plaza de Mayo y pedir que se vayan para que venga gente capaz de iniciar una recuperación de este desastre.

Por cierto, la posición de esas personas que tienen miedo de la inestabilidad que sobrevendría a un corte anticipado del mandato presidencial es muy respetable, pero así como sostienen que hay que bancar a la pareja hasta 2011, es razonable pedir que se banquen los efectos de su permanencia en el poder y callen sus lamentos hasta el mismo año porque ambas son caras de la misma moneda.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *