Hoy en día leer aquí los diarios y los portales web, ver televisión o prender la radio sin la previa ingestión de una buena dosis de sertal se ha convertido en una actividad insalubre, porque lo que se ve y se escucha inevitablemente provoca una incontenible sensación de náusea que se suma a la santa indignación de cada día.
Todo se reduce a una competencia de mal gusto sobre quien se expresa de modo mas soez y el «lo digo total después pido disculpas pero ya lo dije» otra muestra más de la proverbial viveza criolla de los argentinos ganó los más impensados ámbitos de la subcultura argentina que no era mucha pero ahora se arrastra por el fondo de la moderación y el buen sentido. El estilo Moreno gana uno a cero.
Según el pensamiento del inmortal maestro Ortega y Gasset cultura es «el sistema de ideas desde el cual se vive» y aquí en la Argentina el sistema de ideas es de tal patética pobreza que no se puede esperar otra cosa que lo que se está viendo.
Pero lo que no termina de colmar la capacidad de asombro del observador de esta realidad es el desparpajo con que los lenguaraces voceros del oficialismo se burlan de la gente y la parsimonia con que la gente tolera estas burlas. Por caso, cualquiera advierte que la cacareada «reforma política» no es otra cosa que una burda maniobra elucubrada por los cráneos del oficialismo kirchnerista para con estas engañifas intentar mantener en carrera un coche que como Néstor Kirchner – para emplear la impronta metafórica de Carlos Reutemann – ya quemó biela hace rato.
Sin embargo, aunque hasta una criatura se da cuenta de que la única finalidad que tiene la apurada reforma electoral que se impulsa desde el gobierno es ponerle piedras en el camino a eventuales competidores de Kirchner en el camino hacia el 2011 mediante el uso inescrupuloso de los fondos del Estado, el jefe de la banda legislativa que responde al matrimonio presidencial, Agustín Rossi, no tuvo el menor empacho en mofarse en la cara del público afirmando sonriente «Teniendo en cuenta que falta mucho tiempo para las elecciones presidenciales, nadie podrá pensar que es para beneficio del algún candidato».
Mariano Recalde sorprendido in fraganti usando aviones ajenos como si fueran suyos para ir a ver el partido de la selección se burla de la inteligencia ajena y dice que “el viaje dejó ganancias”. El inimputable Aníbal Fernández se acaricia los mostachos y pregunta sorprendido “de que clima social enrarecido se habla” mientras agreden y golpean a legisladores de la oposición o vocifera que el destacado especialista Daniel Sabsay “se cree constitucionalista porque toma el tren en Constitución” y D’Elía amenaza a los cuatro vientos que se equivocan quienes creen que los piqueteros “ya fueron”. Hasta la delegada presidencial de Néstor Kirchner, o sea su señora, se da el gusto de usar el canal oficial para propalar sus zonceras aunque para ser justos cuenta a su favor con la ventaja de que nadie le presta la menor atención. Un sonriente ministro Boudou anuncia en televisión el canje de deuda y la vuelta al mundo civilizado con aire de triunfo mientras muchos que lo aplaudieron extrañan los diez mil millones de dólares que un imbécil engreído tiró a la pileta sin necesidad y hoy se traga sin pestañear todas sus bravatas aldeanas en la soledad de los jardines de Olivos.
Para terminar este breve panorama de manicomio vale destacar que según da cuenta el reciente último informe de Transparencia Internacional la Argentina por primera vez ha descendido en el ranking de las naciones más corruptas del mundo a niveles peores que los 90’s. Ya le ganaron hasta a Menem, pero hay que aguantarlos hasta el 2011 para que terminen el trabajo de destruir totalmente al país “en nombre de la democracia” según el ideario de millones de resignados aprendices de ciudadanos que todavía confunden medios con fines mientras el Uruguay nos da una lección de cultura cívica para la historia.