Realmente leer los comentarios dominicales de los mas conspicuos editorialistas y analistas de la política argentina revela a que punto llega la confusión general que impera en el país.
El común denominador de sus notas es el temor por el peligroso sesgo que el matrimonio Kirchner le está imprimiendo a la gestión de gobierno.
«Un nuevo capítulo parece estar próximo a abrirse. Uno que apunta a abrir otra etapa persecutoria señalando, ensuciando, persiguiendo, lastimando y procurando encarcelar a civiles. Esto sucede en momentos en que la Argentina se desliza peligrosamente hacia un autoritarismo creciente que está reduciendo el Estado de Derecho a la categoría de mera apariencia.» sentencia una nota editorial del matutino La Nación que seguramente refleja la opinión del «establishment» periodístico de marquesina.
Pero ¿A quién le llama la atención lo que está ocurriendo, y lo que va a ocurrir? ¿Acaso no fue anunciado desde esta columna y desde muchas otras que no compraron el equívoco discurso de la «defensa de la democracia» cuando muy temprano Néstor Kirchner comenzó a mostrar sus oscuros métodos y sus aún más oscuras intenciones y cuando su esposa empezó a ponerse de sombrero al país? La real defensa de la democracia imponía entonces sacarlos cuanto antes del poder.
Esta gente que preconizaba a rajatabla que «Cristina tiene que terminar su mandato» cuando esta columna abogaba por su inmediata separación del poder luego del desastre del enfrentamiento con el campo ¿Se puede saber que esperaban que pase con estos dos sujetos enfermos de codicia y ostentación manejando los resortes del poder? ¿Pulcritud, raazonabilidad, idoneidad, transparencia, institucionalidad?
Mauricio Maronna, Nelson Castro, Alfredo Leuco, que al igual que muchos pusilánimes dirigentes políticos «opositores» y otros opinólogos , en sus comentarios trataban de irresponsables poco menos que «destituyentes» a quienes impulsaban el alejamiento prematuro de la pareja gobernante para evitar males mayores a la República
¿Era ésto lo que querían? Ahi lo tienen. Ahora es tarde para llorar. Dejaron crecer al cáncer. ¿O en serio esperaban que bajara del cielo el arcángel Gabriel e iluminara la mente de dos seres rudimentarios, antisociales y acomplejados para convertirlos en personas racionales y preparadas para manejar en bien del país una maquinaria tan compleja como delicada rectificando sus perniciosas conductas estructurales? Y todavía no es nada.
Que ese 20% de personas mal alimentadas en su niñez que no manejan mas de 300 palabras y 20 conceptos porque tienen atrofiadas las capacidades asociativas sigan apoyando la continuidad del mandato de la pareja es tan perfectamente comprensible como incomprensible es la creencia que hay en gente preparada de que mentes tan mediocres con concepciones barriales de la política al mando del Estado pueden generar otra cosa que un desastre de proporciones.
Bueno, en realidad si hay periodistas que piensan que el primitivo intelecto de Kirchner está en condiciones de comprender las aceradas reflexiones de un filósofo tan complicado como Carl Schmitt y que «El concepto de lo político» es su libro de cabecera, los vulgares mortales no tienen ninguna chance de salir de la confusión.
La cobardía burguesa y la indiferencia del proletariado ante la creciente violencia física y verbal permitieron que Hitler echara las bases de su reinado de terror y destrucción. Obviamente las andanzas de Kirchner son sólo una mala caricatura de las de tan demoníaco personaje el que ni siquiera hubiera permitido que le lustre las botas, pero cuando pensadores de la talla de un editorialista de La Nación recién se dan cuenta de que «se está reduciendo» a mera apariencia un Estado de Derecho que en realidad ya hace rato que sacrificó la mayoría de sus atributos «en defensa de la democracia» soportando las tropelías de la gavilla kirchnerista y sus conductores nada bueno se debe esperar del porvenir, o mejor se debe pedir a los amigos, como Alberti , «si ves al futuro dile que no venga».